lunes, 20 de agosto de 2012

Los hilitos imperceptibles


Hay algo asombroso, que por más que sea consciente de que sucede, no deja de sorprenderme.
Yo creo en la existencia de un todo relacionado, de un Uno compuesto de infinitos otro "unos" tanto de los individuos como de sus oportunidades, metas y sucesos. Y a pesar de que sé o al menos siento, que la vida me va ofreciendo las oportunidades y las conexiones que necesito, me resulta increíble que suceda realmente.

Yo no creo en las casualidades y mucho menos cuando son tan increíbles, como en las películas, esas cosas que uno no puede creer, aunque quiera que sucedan, y se sonríe porque pasan, y también con cierta ironía lo  descree en nuestra realidad. Pero pasan.
Y puedo dar fe de esto porque me encuentro todo el tiempo sonriendo interiormente al encontrarme con estas señales que me sonríen a su vez y en mi mente alguien dice: "Correcto, vas bien", otro eufórico grita cual gol "SIIII!!! BIEEEEEEEEEEEN" alguno escucho que comenta con otro yo " ¿Viste? Justo que vos estás con esta idea/ querés hacer esto".

Entonces ahora que me cuestiono la educación que recibí durante 11 años (Comenzar otra vez) comienzo a encontrar que entre mis amigos esto también es una cuestión pendiente, y una cosa me lleva a la otra, de Un Mundo Feliz de Aldous Huxley, avanzo casualmente a La Isla del mismo autor. Y casualmente el libro me habla de una educación utópica, que debo decir, es bastante interesante.

De Aniko a Mendoza y Couchsurfing y de allí a mi deseo de viajar a  Perú y al mundo
De volver al origen a estrechar mi relación con mi familia (extrañamente no he escrito sobre ello) a redescubrir en mi familia mir raíces y ese impulso que pasa las generaciones y me hace preguntarme a mí, sobrina, prima e hija de docentes y músicos, actriz en formación, por qué el arte no es la primordial educación.
Y si me lo pregunto es porque encontrando en esta, mi educación soñada un "paraíso educacional" (O lo más cercano, ya que siempre todo se puede mejorar) me resulta ilógico todo ese contenido escolar que nunca tuvo un fin claro.
Entonces, leyendo La Isla, me encuentro con el estreno del documental "La educación prohibída" y aparecen ante mí, libros de mi tío sobre la temática.


Y así se va evidenciando una red de conexiones ya existentes, de hilitos imperceptibles en un tiempo, pero tan claros en otros presentes, porque mi familia y amigos ya estaban allí anteriormente a que estas ideas comenzaran a tomar forma en mi cabeza. Y es tan increíble como todo parece perfectamente calculado... miro hacia atrás y comienzo a "entender".Tiro de la cuerda y voy viendo todo lo que está atado en el camino.  Eso que parecía  no tener importancia tiene una causalidad que a medida que voy avanzando en mi camino, descubro era sumamente esencial.


La vida es justa. Es tal como es. Y no podría haber sucedido de otro modo. Incluso lo que parece erróneo tiene una causa justa, un objetivo. El sí y el no suceden por lo mismo. Y no pueden cambiar.
Por eso vivir el aquí y ahora me resulta tan necesario. El pasado no va a cambiar ni siquiera al futuro. El cambio está en el presente. En el ahora. Me maravilla la exactitud de todo. El destino, el tiempo, la forma en que una vida puede transformarse en otra distinta, ¿No es hermoso acaso como el destino nos va llevando cual río?

Hago un stop aquí antes de volverme demasiado poética, o como diríamos en criollo, "flashera". Pero lo que no voy a dejar de decir, es lo sorprendente que es encontrarse con la casualidades no casuales. Todas piezas que van encajando cual rompecabezas y  poco a poco se puede observar el dibujo final.

Qué vida bella...

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