jueves, 30 de septiembre de 2010

Mi cumpleaños

Ya entendí qué es lo que me pasa cuando mi cumpleaños está cerca.
Porque siempre es así; los cinco meses anteriores me encuentro ansiosa porque llegue, pero ya en septiembre (incluso a veces desde agosto), me invade la melancolía, la sensación de ser cada instante más viejo, más antiguo. El tiempo, cruel, avanza rápido, altanero, con ojos ciegos. Nunca se compadecerá de mi confusión. Jamás escaparé a otra dimensión. Nunca habrá una pausa para pensar bien, aclarar ideas, no; todo se va haciendo en el camino. El tren de la vida se sigue moviendo y agarrate como puedas…Grrr, a veces no lo soporto. Cada día soy más grande; mi altura crece, mis años aumentan, mis facciones se redefinen y yo aún pienso como siempre. Bueno, puede ser que haya cambiado, haya evolucionado un tanto, pero ¡en comparación de mi crecimiento físico tan veloz…! ¿Cuántos años tendré mentalmente? Ahh… qué mal, qué vil. Ni tiempo tengo de pensarlo.
Mañana moriran mis 17 años y haré un repaso mental de lo que hecho este año, especial para mí porque simplemente me gusta el número. Entonces; si vuelvo a este día un año atrás probablemente esté pensando en él. No sé ni me animo a identificarlo porque mi paranoia me permite pensar que puede llegar a leer esto (Todos sabemos que no caben muchas posibilidades. Podría decirse que ninguna.)
Pero puedo decir que he cambiado desde ése cumpleaños. Desde que mis 17 empezaron pasaron muchas cosas que deberían haber empezado mucho antes. Quizás éste sea el primer cumpleaños en el que finalmente diga “Ha sido un año provechoso”.
Entonces esta muerte no me pesará como una culpa. Es cierto, se van, pero mis diecisiete no han existido en vano. Entonces los despido con orgullo. Al fin siento que estoy construyendo ése mi futuro, el que yo deseo.
Vivo estos últimos días que me quedan como no ciudadana con emoción. Se acerca un nuevo nacimiento; mis dieciocho. Qué depara el futuro no lo sé, pero yo auguro cosas buenas. Sí, ciertamente me duele que mis diecisiete se vayan tan rápido. Me consuelo en lo que he conseguido sobre ellos, pero aún así los extrañaré.
El viernes seré para todos, mayor de edad. Adulta, le dicen. Y un poco que no quiero. No quiero que me comparen con los adultos. Ojo, tampoco me simpatizan los adolescentes. Ser adulto… ahh los veo todos tan uniformados, tan cuadrados, tan rígidos, tan ignorantes…
Me es necesario aclarar que tengo amigos varios adultos. Pero claro que son diferentes y para mí no son adultos, son simplemente gente grande. Adulto… no me gusta la palabra. Adolescente menos.
Niño. Yo soy una nena grande. Mi adolescencia; una basura ¿Quién carajo dijo que era la mejor etapa? Etapa del boludeo constante. ¡Los odio! Adolescencia de mierda, que sí, que no. En realidad lo que odio es la sociedad adolescente, porque aparentemente la idiotez es muy contagiosa.
Pero, bueno, no me quiero amargar con el tema; inútil es hablar si estas bestias seguirán riendo de algo que tan lamentable como sus mentes vacías, sus alas cortadas. ¡Libertad cada vez somos menos los que te reconocen! ¡Te confunden con el placer mundano y sexual! ¡ Yo si te busco! Y no diré más que me pongo sentimental y enamorada.
En fin… ya no voy a tener nunca más diecisiete. Voy a cumplir 18 y no quiero ¡Destino, no quiero! ¡Dame los 21 de una y ya! Jajaja, ese número me gusta más…
Octubre, mi tiempo de metamorfosis se acerca. Y cómo el fénix, se acerca mi hoguera y volveré de entre las cenizas con 18 años. Dieciocho putos años. Te odio, yo quería seguir con 17.

2 comentarios:

  1. Jaja.. Hay de todo.. Niños maduros.. y Adultos estúpidos.. Yo estoy contento con 30 años.. QUIERO TENER 30!.

    ResponderEliminar
  2. Jajaja, acabo de leer tu comentario~! yo era feliz con 17 :/ Y volveré a estar de acuerdo con mi edad cuando tenga 21 :D

    ResponderEliminar