lunes, 24 de febrero de 2014

Adiós Valparaíso



La tercera es la vencida. Me despedí de este puerto dos veces, pero siempre por alguna, u otra razón volvimos a pisar sus veredas sucias y malolientes ¿Por qué? Es claro que Valpo- como me acostumbré a decirle-  al grupo y a mí nos encanta. Es una ciudad hecha para nosotros, los artistas callejeros, o será que la fuimos transformando, dándole color multiforme a sus viejos muros, adornando las subidas para distraer el cansancio del espectador que sube...
Ahora tus callecitas zigzagueantes nos miran con cariño y recordamos la primera vez que te paseamos, Valpo, que no entendíamos la dinámica de lo que está abajo y lo que está arriba, las subidas, los atajos, las escaleras, las bajadas, las rampas, los callejones... Nos perdimos un poquito, pero con alegría porque cada esquina nos ofrecía un panorama distinto de lo que es un "carrete"- joda chilena- y que esta ciudad se festeja sea lunes, domingo o jueves.
Y así lo hicimos, Valpo, nos adaptamos a tu forma de vivir la vida y a prendimos a ganarnos la luquita, ir a la deriva entre la marea de posibilidades y confiar que siempre llegaremos a buen puerto. ¿Increíble, no? Siempre llegamos a donde teníamos que llegar (de todas maneras esto se ha convertido en una constante del viaje, más allá de lo particular de este puerto principal), pero tú Valpo, todos los días nosofreciste una posibilidad nueva, exótica y tentadora ¿Cómo no te voy a extrañar? Con esos personajes tan creativos que superaron mis expectativas una, dos, diez veces que ya empecé a acostumbrarme.
Y pensábamos pasar unos días... Qué inocencia la nuestra, nos sedujiste tan bien...

Pero hoy sí me voy. Ya tengo la mocha lista, ya estamos en la micro, ya me despedí de todos. Sólo queda decir gracias. Gracias por todo lo que me enseñaste, gracias por compartirme tu gente amable y colorida, gracias por las casualidades, por el amor, por la euforia y la vida en comunidad.
Gracias Valparaíso, puerto principal...

lunes, 17 de febrero de 2014

Adiós

Este año empecé un viaje que en principio sólo era por un mes paa distraerme de mis reflexiones constantes y escapar del calor agobiante de Buenos Aires.
Salí con la intención de despejarme de mis dudas y volver luego al cotidiano replanteo existencial. En más de una ocasión sentí ganas de volver a mi ciudad y buscar hacer la vida normal que todos hacen. Pero sin embargo sigo acá, viajando.
Hace un mes y medio que partí de Buenos Aires, Argentina y hoy me encuentro en Valparaíso, Chile.
Mi plan cambió. Y todos los pequeños planes de plazos semanales o diarios incluso, cambian. Todo cambia a cada instante. Nunca sé dónde voy a estar en la noche ni el día siguiente, si me voy, si vuelvo, si me quedo... Es literalmente así, aunque suene increíble. Y es una decisión conjunta (porque viajo con un grupo) que acepto y me encanta. A nosotras nos mueve, la gente; los consejos, los recuerdos, las bienvenidas, la buena onda, la comida, el arte, el ambiente de cada lugar que pisamos nos invita o nos aleja. A veces nos invita a quedarnos mucho tiempo, otras veces nos acompaña un par de días, otros lugares se nos hacen muy ajenos, pero siempre hay alguien, algo, que nos alienta y nos guía.
Este modo de vivir, dia a día, cada día me encanta. Si no volví fue por la curiosidad de saber cuánta magia más hay para el próximo minuto. Si no volví es porque esta manera de caminar el mundo me fascina mucho y me siento muy cómoda. Si no volví a fines de Enero a Buenos Aires para ingresar a un grupo maravilloso de teatro fue porque lo maravilloso ya me está sucediendo.
Estoy viajando y haciendo lo que más me gusta: Arte. Vivo el día a día haciendo arte. Canto, toco, hago teatro... Y ser artistas de calle nos hizo entrar en un submundo de personas que se dedican a darle color a las ciudades. Malabaristas, payasos, pintores muralistas, cocineros, músicos, artesanos... En las calles nos reconocemos con una sonrisa y somos una comunidad que siempre se alienta, siempre se ayuda y sobretodo se intercambia, se fusiona y se reinventa a cada instante.

Mis días siempre están llenos de personajes nuevos, comida en comunidad, sonrisas, producción de arte, charlas, música, lugares... y el misterio de lo que viene, que nunca se sabe que es pero siempre es mejor.
Pronto volveré para despedirme ceremonialmente de una ciudad que me acogió desde pequeña y marcó mi manera de hablar y encarar este mundo. Pronto volveré para dar abrazos fuertes a la gente que se pregunta por mí y hacerles saber que esto que vivo ahora es lo que siempre soñé.

Aprovecho la ocasión también para agradecer a la gente que crucé en este camino que me inspiró y alentó a seguir con el viaje y con mi arte. La verdad que son tantísimas personas... (Las voy a nuclear para hacerla corta) Gracias chicos de Potrerillos por las cenas y el aguante, ¡gracias Puente del Inca!  La energía que nos contagiaron nos sigue acompañando. Gracias compas callejeros por recibirnos con los brazos abiertos en su tierra. Gracias Valparaíso por sus artistas y personajes sonrientes, gracias gente por su rica comida y la buena onda, gracias Thibauld, Jere y Martial por acompañarnos en esta aventura. Gracias a la gente que nos llevó en sus autos/camiones por compartirnos sus historias y dejar compartirles las nuestras. Gracias gente de La Chascona por hacernos pasar buenos ratos y ayudarnos en la tarea callejera, Gracias Inti, Lucha y Mariana por ser mis compañeras de viaje y por permitirnos entregarnos al camino, no habría sido lo mismo sin ustedes. Gracias gente de "La Anibal Pintos" por la magia y alegría de lo espontáneo...
Sé que alguno se me va a olvidar, pero mi intención es agradecer a todos porque cada una de las personas que me crucé transformaron este viaje que continúa sin fecha final (aún)

Por último pero no menos importante...

¡Gracias vida!