lunes, 23 de diciembre de 2013

Confesiones antes de partir


Hace mucho que no escribo. Es cierto. Me gustaría poder compartirles las mañanas, tardes y noches que cambiaron mi vida, porque la vida cambia, siempre, a cada instante...
Me cuesta mucho revolver el pasado y encontrar las palabras que pensé escribir y que ahora ya no tienen mucha esencia en mi actualidad. Además había tanto, TANTO, para decir... Pero la fisicalidad (?) que requiere mi carrera me impide entregarme de la mejor forma el ejercicio de escribir.
Pero bueno, al menos les comparto este momento tan mío en el que mis ganas de escribir volvieron con la intensidad de un mar furioso.

• Estoy triste, sí. Ya pasé por una etapa parecida y saber que todo va a estar bien en el futuro no hace inevitable que la melancolía me tiña los pensamientos. Cierto es que todos tratan de hacerme sentir mejor, aunque en ningún momento pedí que lo hicieran -sin ofender- ya que no creo que la tristeza sea una enfermedad, pero debo admitir que lo saca a uno del presente, por momentos.

• Este año aprendí muchísimas cosas sobre mi carrera y creo que el intercambio es riquísimo siempre. Me entristecería quedarme estática en este lugar, cuando puedo llevar mis experiencias - y, por supuesto, encontrar otras - a otros horizontes.

• Es difícil que las personas sean totalmente sinceras. En ese caso, a veces prefiero los silencios a las falsas modestias y falsos perdones y  falsas tolerancias. Un buen grupo no está dado por las afinidades que tienen sus integrantes entre ellos, sino que superando aquello, es en el trabajo en donde encuentran su completa integración. Eso es lo que se llama "actitud profesional" y efectivamente sin eso, sólo somos un grupo de amigos intentando hacer algo.

• Me apena muchísimo esta sociedad inconsciente que formamos. Como ser humano que me tocó ser, me siento inútil frente a las problemáticas que se presentan en este planeta. Hay tantos frentes para combatir. Y lo peor es que no es una cuestión de reglas, de derechos y obligaciones, sino más bien un asunto más interno e individual. La salud emocional colectiva (?) está en estado crítico. Me planteo muchísimas cosas que me han enseñado, nuestra animalidad, nuestras costumbres, nuestra relación con el planeta, nuestra relación con las demás especies, la relación entre nosotros y con ¡nosotros mismos! ¿Cuánto daño vamos a seguir haciendo?

• "Cuando pruebas un poco de libertad, ya no soportas la rutina" No puede haber frase mejor para el caso. El año pasado viajar (ya comenté al respecto) fue esa libertad tan soñada que anhelo todos los días y cada día un poco mucho más...

• El niño que "conocí" en el viaje no fue (Es, es!) mi primer amor. Sé lo que es separarse de alguien que amas mucho y la primera vez fue durísima,  pero aquella experiencia me enseñó aspectos fundamentales que evitan que esta vez sea igual de difícil. Y me resulta curioso cómo se me presentan ganas de repetir algunas acciones, como cortarme el pelo o dejar de hablar con las personas y escribir - aunque eso último sí me gusta.

• Si yo no escribiera tanto como lo he hecho desde pequeña, no podría contemplar mi vida y haberme dado cuenta que es una espiral. Hay momentos que se repiten, a lo que vuelvo, pero más arriba, más crecida, con más entendimiento y experiencia. A veces me frustra, porque creo haber avanzado y me leo sintiendo lo mismo, pero el tiempo me da otra perspectiva también.

• Comencé a guardar mis cosas en cajas. No sé si esto es un presentimiento, pero siento que cuando vuelva... (...¿Volveré?)

• Me cuesta decidirme, me encanta dibujar, me gusta hacer percusión, escribir, hacer teatro, danzar... Quiero probar todos los caminos sin tener que dedicar mi tiempo a los requerimientos del sistema. ¿Lo lograré?

• Me siento sola... Me gustaba lo que tenía aunque era difícil y creo que aún estoy dispuesta a intentarlo, pero no puedo forzar las cosas... y las relaciones son de a dos. Con mi infinito amor no es suficiente... Necesito encontrar a alguien tan o fuerte como yo, o más...

• Soy solitaria, pero para avanzar necesito el apoyo de otros, de un otro... ¿Habrá alguien que quiera vivir fuera de estas reglas? Como sea, no creo que lo encuentre dentro de la ciudad de la furia...

domingo, 8 de diciembre de 2013

Crónica de un día común

Sábado 7

Me despierto y pienso que definitivamente lo tengo que ver. Son las 7. Becas. Voy. Mamá vuelve a preguntar sobre mis planes. "¿Qué es lo que querés hacer?, ¿No pensás tener una casa?" NO. Pienso, en lo que realmente quisiera hacer. Lloro sin llorar. Llego. Escucho. Creen en mí. Me arman un proyecto. Me gusta. Me voy, casi sin comer. Subo. Me miran. Como. Un policía de civil se queja con el chofer, otro pasajero  le grita. Pienso que ya es la quinta vez que veo lo que un chofer de colectivo tiene que soportar.
Mucho calor. Llego. Función. No hay mucha gente. Pero las ganas y la energía es la misma.
Volvemos.¿Me habrá respondido?NO. Hay una obra de "Las chicas araña". Super recomendada. No voy, mañana dormiré en casa ajena. Vuelvo con Johan. El chino tiene dos pistolas en el cinto. "Escuchó lo de los manteros en Floresta, seguro" dicen. "Está re loco" dice Johan.Subimos. "¿Qué planes?" - me pregunta. "El año que viene es mi último año en Buenos Aires"- le confirmo. Me lo confirmo. "La ciudad apesta" pienso. Pienso en Lima, pienso en sus ojos, en su manera de mirarme en la cocina..."Estás linda" Me dijo esa vez... Johan baja. Yo sigo. Subo a un tren que está por salir.Me siento y me doy cuenta que estoy cansada. Me duermo profundo en un momento, pero no, faltan un par de estaciones. "Qué lindo el atardecer" pienso. Algún día voy a pintar el cielo, siempre me lo digo, pero no tengo con quién. Utilizaría  un lila grisáceo para las nubes... Algunas canciones me recuerdan al verano pasado. Algún día le confesaré cuáles me hacen recordarlo. Otra vez pienso en él. Bajo. Llego a casa. I-sat. Película con Freddie Highmore. Qué grande está. hace de un joven bucólico, medio nihilista, raro. Pinta. La chica se va, le dice que tienen una larga vida, que sabe que se encontrarán en algún otro momento. Yo pienso lo mismo. ¿Por qué hay que esperar?
Mañana tengo función. Y tengo sueño. Necesito escribir. Y descargar. Me acuesto. Pienso "¿Por qué?" Tiene que haber una respuesta lógica...¿No? Lo extraño. ¿Contestó? Seguramente no. Duermo ¿Duermo?
Fin.

jueves, 22 de agosto de 2013

(Re) Activar (o el Re-pacto con el blog)


Me causa tristeza pensar que hace mucho que no escribo. Siempre pienso muchas cosas que me gustaría escribir, estoy cargada de reflexiones e ideas para compartir, pero, también, mi cabeza está en ocupaciones más precisas.
Cuando comencé este blog, yo estaba dentro del sistema escolar "obligatorio" que todo niño debe pasar.
Mi situación afortunadamente es distinta ahora.  Tuve la oportunidad y la valentía de elegir estudiar lo que me gusta y esta actividad requiere mucho de mi tiempo. Tiempo que en la anterior vacía institución tenía de sobra.

En fin...
Hace unos meses retomé mi adorado hábito de leer, leer como actividad recreativa, porque en sí, en mi escuela tengo que leer mucho (y cosas interesantísimas!) y entonces llegó a mí, el esperado libro de Aniko (la viajera argentina dueña de este blog) y me volvieron las ganas de escribir nuevamente, pero esta vez con la constancia que tuve en otro momento. Tengo ganas de seguir compartiendo mis raras experiencias que tengo en el mundo. Y digo raras porque cada vez estoy más cerca de minorías diferentes. "Así de rara" es mi sensación de todos los días cuando despierto y veo la realidad a la que me encuentro sometida ¿Cuándo decidimos vivir de este modo? Hay muchas cosas "raras" con las cuales no me identifico y me parece extraño que la mayoría de las personas simplemente nunca se ha puesto a pensar. Una de las primeras clases de sociología me empujó a dejar de dar lo natural por... natural. Y ahí me di cuenta de que muchas de las preguntas que martillaban mi cabeza tenían que ver con esta sensación de que todos apoyan ideas antiguas, ajenas, desconocidas incluso sólo por el simple hecho de que aquello era así desde antes.
En resumen, este blog nació de la necesidad de compartir preguntas y respuestas que he encontrado en el camino y también una especie de "demostración" de que lo que quiero hacer de mi vida no es imposible.

Muchas personas me han inspirado y me han dado fuerzas para luchar por mis sueños. Porque realmente he tenido que luchar contra muchas críticas y pensamientos poco constructivos y esto incluso dentro de mi familia. Entonces pienso que quizás haya algún adolescente como yo; inseguro/a, confundido/a, con preguntas que sus amigos ni sus padres pueden responder. Pienso que así como yo fui encontrando ejemplos vivientes que se acercan a mi idea de mundo, quizás alguien se tope con este blog y encuentre la fuerza que yo en su momento encontré para seguir el camino que elegí transitar.

viernes, 28 de junio de 2013

El pájaro y el fuego


Una de las festividades tradicionales dentro del Parque Avellaneda, es la quema del "Fantoche de las Miserias". Como nosotros somos parte del parque, puesto que entrenamos diariamente allí, es inevitable nuestra participación en el festejo. Esta tradición, ha perdido su lugar actualmente en muchos de los barrios porteños. Pero aquí en el parque nuestro trabajo y el de los vecinos mantiene viva la costumbre.

Empezó junio y empezó nuestra dedicación casi exclusiva a la construcción del muñeco. La idea de pájaro surgió en una clase de títeres y máscaras, jugando con el papel diario a crearles formas y darles vida. Para la clase siguiente todos debíamos construir pájaros. Luego hicimos una improvisación y me acordé tanto de "Las Aves" de Aristófanes...

Desde el principio queríamos que nos representara tanto a nosotros como a la comunidad. No queríamos que fuera de plástico, por ejemplo, no queríamos que diera a entender algo en particular, sino que todos pudieran sentirse identificados en la mayor medida posible.

Esto yo lo olvidé con el paso del tiempo, y sin embargo se mantuvo, intangible durante toda la construcción.
A las clases de  títeres y máscaras, las complementamos en la clase de "Historia, estética y poética del teatro" con averiguar la raíz de dicha tradición que justamente viene de esta celebración tan mundial que es el solsticio de invierno. Inti Raymi en la civilización Inca, rebautizada fogata de San Pedro y San Pablo en la españa católica de aquel entonces, es aquella tradición celta, que daba aquel calor al Sol para que no pierda su fuerza. A nosotros nos llega como una quema de miserias, pero también incluso en el siglo pasado podía ser la fogata un símbolo de reivindicación.

A mí,  ésa idea me quedó en la cabeza. La fogata no era necesariamente una destrucción de lo horrible sino que podía ser una purificación de nosotros mismos.

El trabajo con el pájaro era arduo.Nos habíamos planeado construir  un pájaro que pudiese mover sus alas, su cabeza y también abrir el pico, pensando en que todo esto debía de quemarse, por lo que sus materiales debían ser fáciles de consumir en el fuego (y sin olvidar que queríamos un pájaro ecológico).


    

No sé en qué momento sucedió, pero esta construcción, que nos atañía a todos, comenzó a organizarnos. Un grupo en la cabeza, otro grupo en el cuerpo, otros planeando la manera de proseguir. Cada uno tenía su puesto de trabajo. Cabe mencionar que a nuestro grupo le cuesta mucho enfocar y sostener esa concentración por mucho tiempo. Y hace poco 4 de nuestros integrantes se encontraban en el límite de la expulsión. El grupo se había fragmentado. Las tensiones habían crecido al límite de la susceptibilidad. La tarea nos exigía más compromiso y nos incluía a todos por igual.
Entonces fue este pájaro el que nos guió. Las miradas estaban todas sobre él, que era tan bonito que su etiqueta de "fantoche de las miserias" le quedaba un poco grande. Había recibido tanto amor durante su creación que era imposible no mirarlo con cariño.



Nuestro pájaro había crecido, era enorme, cuando lo subimos, nos dimos cuenta que su dimensión era increíble. Ahora sólo había que darle vida.
¨

Nuestra dedicación se extendió por fuera de las clases. Siempre nos quedábamos un poco más. Además tuvimos que hacer junto a los chicos de primero y algunos de la escuela secundaria la pira para la fogata. Arrastramos rama por rama, desde el vivero hasta el centro del campo, detrás de las canchas. Troncos pesados y pequeños, también grandes, ramas de diferentes especies, restos de la fatal tormenta, todo lo llevamos hasta allí.

Al día siguiente todo se entregaría al fuego.


jueves, 16 de mayo de 2013

Manual


La palabra nos da la primera imagen de un libro de instrucciones para variadas cosas, pero su definición primera - directo de la RAE - es:
1. adj. Que se ejecuta con las manos.2. adj. Fácil de manejar.3. adj. Que exige más habilidad de manos que inteligencia.4. adj. Casero, de fácil ejecución.5. adj. Fácil de entender. 
 Últimamente me atrae de manera particular lo manual. Volver a las manos como herramienta fundamental para crear.
Cotidianamente las utilizamos para manipular objetos. Pero las manos tienen mucho más potencial que ha sido reemplazado por la facilidad con que la tecnología ha sabido simplificar muchas cosas. Escribir, cocinar,  inventar...
Las manos son los ojos del tacto,  cuando no vemos, las extendemos para "ver". También escuchamos con ellas, el pulso de los otros, su calor,la suavidad, los nervios...
Cuando cocino me encanta mancharme las manos, como cuando chicos con el barro, amasar, presionar, frotar, uno siente y da energía. Por eso se habla de cocinar con amor.



Por eso salen las cosas ricas. Y si no, ¿por qué son tan ricos los mimos y los masajes?
Las manos desde siempre han sido nuestras primeras herramientas y con ella hemos creado otras cosas. Y hemos sentido cosas únicas, porque la piel en las manos y los pies cambian su textura y su modo de ver las cosas.
 No olvidemos su poder curador, su sensibilidad y talento para generar sonrisas, despertar cuerpos y dar calor. A veces no recordamos las habilidades que poseemos por el simple hecho de ser humanos.


La vida es bella, a cada instante :)

lunes, 1 de abril de 2013

Carta abierta a Espacio Libre


Queridos compañeros:

Llegué a Lima con ganas de encontrar este teatro luchador que busca llegarle a todas las gentes. No tuve mucho éxito en mis primeros días. ¿dónde están los volantes de teatro independiente? No estaban en las paredes, ni bajo las puertas, tampoco en los centros culturales escondidos entre la cartelera oficial. Conocí una ilusionada estudiante de teatro. No tuve muchos más contactos que ése.
Pero sabía. Sabía que existía el teatro de grupo. Sabía de Espacio Libre.

Y un día nos encontramos. Cuando toqué aquella puerta, no esperaba que la casa me invitara con tanta sonrisa y simpatía como lo fue esa noche. Diego lo dejó muy claro: Ésta es su casa.
Y es cierto.

Ir a ver teatro en Casa Espacio Libre es más que sólo eso. Porque no se trata sólo de la obra. La obra es una excusa perfecta para reunir a actores, estudiantes, espectadores, curiosos y caídos de casualidad para aliarnos, intercambiar miradas, puntos de vista, consejos, reacciones, impresiones, reflexiones que comienzan a cocinar ideas en algunas mentes sedientas de cosas nuevas a probar.



Y eso es sólo el comienzo de un camino que sigue paralelo con el entrenamiento de todos los días. Porque en mi caso siguió un sábado a las 10 de la mañana - que en realidad ellos comenzaron a eso de las 6 am. Conocí ejercicios similares a los que ya hago en mis clases y sin embargo había un energía reconcentrada en aquel círculo. Entendí el real significado de existir y estar en ese mismo instante, en ese preciso lugar.

Entendí que por mucho tiempo había divagado mi cabeza distraída y entonces mi entrenamiento nunca había sido completo. La concentración era una responsabilidad que descubrí tan importante.
Eso; eso era elegir el teatro segundo a segundo. Mi concentración era clave y sin ella todo era una simple mímica inútil.




Jugar ya no era hacer como, sino hacerlo por completo.
Entendí que mi risa era un forma de escaparme, de hacerlo todo menos real, del miedo de entregarme por completo, era la duda. No me es tan fácil aún, pero lo intento, intento no escabullirme de mi responsabilidad.

Y si eso eran un par de horas de entrenamiento, del cual salía inspiradísima pensando en tanto trabajo que había y hay por delante, no puedo imaginarme cómo habrá sido la convivencia con el grupo que afortunadamente 3 de mis compañeros pudieron disfrutar.

"El monasterio del teatro"- dijeron. Que en la casa de Diego se respiraba teatro desde el amanecer hasta la hora de dormir. El teatro estaba aplicado a toda situación, en todo momento.
Trato de imaginarme lo que sería y me consumen las ganas de experimentarlo.


Desde mi experiencia de haber participado de algunos exquisitos almuerzos, puedo entender algo de lo que mis compañeros vivieron. Había una especie de máquina intangible, cuyos engranajes - nuestros cuerpos- ponían en funcionamiento de tal manera que cada movimiento era limpio, justificado y necesario. Lo cuerpos permanecían, despiertos, alertas, activos, vivos.Nosotros éramos actores y eso no quedaba tras bastidores. Aqui y ahora, siempre.
Sentía, en lo personal, que pensaba, respiraba y me nutría de teatro sin interrupción. El teatro no era una profesión. Era un modo de vida.

Entendí entonces cuando Diego dijo que ellos no hacían teatro colectivo sino colaborativo.

Había un objetivo claro y común y no sólo eso, todos los integrantes compartían convicciones que estaban por sobre el afecto que pudieran tener. No trataba de lo que éramos, sino de lo que con eso construíamos. El compromiso constante con el presente, el aquí y el ahora, eso era hacer teatro con Espacio Libre.

Estoy muy agradecida de haber tenido la oportunidad de trabajar con este maravilloso grupo autogestivo, firme con sus creencias y siempre trabajando hacia adelante.
Prontamente nos veremos, de eso estoy segura, para continuar trabajando por el teatro que queremos.

Gracias por abrirme las puertas... y la cabeza :)

miércoles, 20 de marzo de 2013

El viaje III: Merlo



Luego de dos días de viaje llegamos a nuestra primera parada: La casa de Caro.
Entre sierra, paz y sol, nos vinieron a buscar.
Fuimos gratamente recibidas. Se respiraba la alegría y la paz de un lugar tan tranquilo. Caro estaba iluminada, llena de plenitud. Sentía tanto cariño por ese ser en gestación, se respiraba en el aire, esa bonita sensación de amor. Aprendí mucho de la importancia de la energía en esa casa porque yo misma la sentía. La familia de Caro tenía una conexión muy estrecha con la naturaleza, con la madre tierra.


Entre fruta y pan, fuimos a la "casa del campo". Casa, pileta, sierra, carpa. Música, clavas, reflexiones...
Por la noche; estrellas.  No recuerdo mucho algo en concreto, creo que el lugar por sí solo nos compartía su compañía. La vida era así de simple. Me sentí tan natural. El sol nos levantaba con su calorcito matutino. Sentía cómo caminaba por mi cuerpo hasta lo alto del cielo. Los oídos comenzaban a percibir paulatinamente los sonidos del arroyo, el viento meciendo las ramas, las hojas viajando, los insectos, los cuerpos, las aves, los perros... Cuando el sol nos picaba los párpados nos desperezábamos. Calentábamos el agua y desayunábamos en ronda entre pasto y mantas.Pan, palta, tomate, lo que venga. Hablábamos de la vida entre mate y otras yerbas. Musiqueábamos, improvisábamos, creábamos, jugábamos, reíamos, malabareabamos, bailábamos...
El sol partía hacia otros horizontes y las estrellas comenzaban a brillar otra vez.

¿Qué más se necesitaba? Habíamos olvidado lo simple de las cosas, entre tanta tecnología y civilización.... Entendí por qué Caro había vuelto a su sierra dejando la caótica Buenos Aires. ¿Haría yo lo mismo? Pero claro, yo crecí entre el asfalto y el cemento.

El mundo era más que una ciudad y su feroz rutina. Había más, mucho más.

Me llevé también una hermosa impresión del amor. Caro su pancita y Mauri. Ellos estaban conectadísimos, sintonizados. Recuerdo cuando caminábamos al arroyo cómo iban juntos cuidando del bebé. Ambos se ocupaban de él como uno. Yo veía esa fuerte alianza en cada paso. Era tan simple y bello como una mujer un hombre y un crío.



La vida tan simple y tan bella...

martes, 19 de marzo de 2013

El viaje II: A dedo





Es la primera vez que viajo a dedo.En realidad es la primera vez que viajo con mis amigas sobre el viento sin fecha de vuelta y a dedo.
Pero lo de viajar a dedo es lo más curioso. ¿Cómo se hace?
Es muy simple, que de tan simple pasa a ser sospechoso. Y lo sospechoso para la gente emburbujada tiene a ser algo peligroso y mortal ( como si la vida misma no lo fuera...).
Mis amigas ya tenían algo de experiencia y yo en realidad no creía que fuera peligroso simplemente no tenía idea de qué exactamente uno debe hacer para que una persona confíe de mi compañía por un tramo largo o corto de tiempo.
Entre las ansias, los nervios y la euforia el momento llegó. Y en realidad era tan difícil como tomar un colectivo. No tenía ningún misterio. Los autos pasan, muchos te ignoran. Los primeros instantes dudaba, tenía temor ¿Y si nadie nos quiere llevar? Pero tarde o temprano alguien siempre hay.



-¿A dónde van?, Yo voy a...Las dejo en... Las alcanzo hasta...
A veces hacemos tramos cortos. Otras veces avanzamos 4 horas con el mismo conductor.
Pude comprobar lo que Aniko escribía en su blog. Las personas que paran:

*Alguna vez fueron mochileros/ viajeros
*Conocen a alguien que es/fue mochilero
*Quieren  serlo o lo son.

Siempre es una de las tres. Las conversaciones siempre giran en torno a ello. Hacia dónde vamos, qué hacemos, de donde venimos y por qué hacemos dedo. Algunos no se explican por qué elegimos viajar así.
Yo creo que es divertido y es un viaje más comprometido con la ruta en sí. En el mapa ves las localidades y viajas a veces de pueblito en  pueblito, contando los kilómetros, conociendo sus paisajes, entendiendo la dimensión geográfica de la región, descubriendo pueblos nuevos que a veces no figuran en tu mapa de popularidad. Entrás en contacto con la gente del lugar de otro modo. Sus acentos, sus historias de barrio, sus consejos, su vida. Hacés un intercambio de experiencias. Y aprendés.

Mientras cae el sol, vamos buscando un lugar para descansar. Mirar las estrellas, escuchar la paz. No estamos solas en el medio de la nada. A distancia hay otras personas en el calor de su hogar yendo a dormir. Y pienso en las personas que saben de nuestra aventura, se preguntarán dónde estamos en ese momento. Se acordarán  del mochilero que fueron, del que conocen, del que quieren ser...




Y vuelve la mañana. A lavarse la cara, desarmar carpa y desayunar. Compartimos un par de "Buen día" con algunas personas.
Hay lugares que están preparados para recibir viajeros, con sus duchas, agua caliente y pastito libre. Generalmente solemos descansar allí.
Una vez listas volvemos al ruedo. Sacamos el dedo y la mejor sonrisa. La aventura vuelve a comenzar.

miércoles, 2 de enero de 2013

El viaje


Todo aquel que haya leído anteriormente mi blog, sabe que este viaje ha sido uno de mis sueños.  No sé si de toda mi vida, pero creo que siempre quise vivir así.
Hay cosas que uno sabe que pasarán, simplemente porque quiere que sucedan. No sabía cómo iba a hacer pero yo iba a viajar pal norte.
Las diferentes oportunidades se fueron presentando y elegí la aventura que necesitaba.
También había tenido el presentimiento de que viajaría con mis compañeras y amigas de teatro. Y así fue.
Pactamos un día y un modo: A dedo
Tuve que lidiar con la sorpresa de mi familia y variados comentarios de variadas personas acerca del viaje.



Muchas personas desconfían de la bondad de los otros. Supongo que resulta algo inusual, pero ¿Qué puede decir uno si no ha tenido la experiencia? Escuché todo lo que me decían y sólo tomé los consejos que creí necesarios. No iba a dar marcha atrás por el miedo de otros. En todo caso actuaría en base a los míos propios, pero no los tenía.


Así que me preparé para la partida. El viaje era más que sólo eso, era el desafío de vivir un viaje alterno al convencional. Yo no me fui de vacaciones; yo salí a explorar y a encontrarme. También pienso que luego de este viaje las cosas deberán cambiar y no me puedo achicar frente a las dificultades. He llegado a una instancia en la cual debo cuidar de mí por mi propia cuenta. Y hacerlo a mi manera es un desafío que prontamente deberé enfrentar.
Ojalá pueda vivir así, como en el viaje, caminando, aprendiendo y combatiendo las dificultades. Creo que ningún día ha sido un desperdicio. Y todavía quedan muchos más.

El viaje recién empieza.