viernes, 29 de octubre de 2010

Si estás bien, yo estoy bien.

Hay una especie de lazo enganchado directamente al corazón. El otro extremo está múltiplemente dividido y subdividido e infinitamente dividido… No llego a ver dónde termina.No, se ve solamente un lazo, un solo hilo
conductor. Pero yo sé, sin saber cómo, que está conectado a infinitos extremos. Y cuando se tensa y comienza a tirar, ahí, en ese preciso instante, escucho las voces, los lamentos y algo, hay algo que tira desde el alma, que me jala, me lastima, me duele.
Me duele el mundo.
Soy un camino. Soy un medio (¿Medium?). A través de mí pasan los dolores y las alegrías. Soy un reflejo. Y cuando crees mirarte a ti, yo estoy en ese otro cristal, desde ese lugar, desde donde crees verte, yo estoy ahí. Te observo. Te siento. Yo soy tu reflejo.Estoy atada a vos. Y a vos y a vos y a vos…Observo desde lejos a ti. Te imagino en tu tristeza. En tu soledad, en tu injusticia. Y gritas. En tu interior gritas, en mi interior gritas, grito, gritamos un grito mudo, oculto, invisible…Me duele.
Me duele el mundo
.

La garganta tensa, me reprimo el grito porque voy a volverme loca, me va a mirar mi entorno y no va comprender. ¿O sí?
“¿Por qué lloras?” “Porque mira lo que le han hecho a ella. Tenía tanta vida esa vida…Experiencias que nunca serán, ha muerto un amor ¡Y empieza el olvido tan pronto…! Ya no vivirán sus hijos, ni su ancianidad en la tierra. No era su tiempo de marchar, pero ya se ha ido…”No es justo, no es justo, no es justo… ¡Gracias
Destino por el tiempo que a mi vida le das! Pero si este tiempo le es robado a otra vida, yo no lo quiero. Daría la mitad de mi agraciada vida, la mitad de mi fuerza, la mitad de mi suerte, lo daría por aquellos que no la tienen.
Quiero entender, quiero entender, porque pasa lo que pasa.
Nadie me puede decir que es ajeno a mí, porque estoy enganchada a todo ello. Es parte de mí, yo soy un reflejo. Y si estás sufriendo, yo sufro también. Tengo la pena del mundo…
A veces siento que no merezco tantos regalos del cielo. No los rechazo, porque si ésta es la voluntad del Destino, nada hay que yo pueda cambiar en eso.
Pero duele, Destino, ¡Duele!
Quiero ayudar a cada extremo. Que la cuerda no tire más, no por mi dolor, sino por querer que el otro no necesite tirar de la cuerda más. Destino, no, no quiero ser Dios, quizás simplemente todos tenemos ese sentimiento de compasión por el otro, alguien alguna vez dijo que “esa era una cualidad que nos diferenciaba de los demás animales”. La capacidad de sentir compasión.
La compasión, es ese sentimiento que nos permite imaginar en nuestro adentro el dolor del otro. “Ama a tu prójimo como a ti mismo” ¿Eso era, no? La compasión es el sello de aquello en la piel del alma, el impulso de nuestra moral, de nuestro sentido de justicia…
Es el lazo que descubrimos que nos conecta al otro, cuando éste tira de la cuerda.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Mis condolencias, mujer.

Pobre. Qué pena, porque siempre me dio la sensación de que eran muy unidos. De que todavía había amor en ese matrimonio. Y ahora él se fue.
Ella, tan influyente, tan conocida. Siempre para mí tuvo un aspecto autoritario, independiente, dictatorial… Parece una mujer fuerte. Parece.
No, no la vi. Pero la imagino. La siento. Porque su dolor es tan grande que yo puedo escuchar el lamento de su alma. Desde acá. Ese grito desgarrado y la niebla con su aroma triste…
Hoy lo lamento por vos.
Destino, qué guardarás para esta mujer, creo que está incompleta. ¡Qué desafío! Ahora no tiene sub, no tiene vice, es ella decidiendo por ella y sólo ella. De un día para otro, lo que antes eran dos… menos uno.
¡Qué pare el mundo! Dejen que llore mares, que se aleje y grite el dolor, dejen que logre encontrar y sanar sus heridas. Ahh… pero no, no hay paréntesis, el tiempo no se apiada de nadie y sigue su curso, su ritmo y no repara en nada.
Mujer, hoy más que nunca abraza su recuerdo y quédate con sus consejos en tus oídos. No lo hagas aparte, convive con su memoria, la melancolía te invadirá, incluso un sabor amargo querrá de tu boca sacar maldiciones al Destino, pero usted, mujer… usted sabe bien que el Destino sabe lo que hace, aunque no entendamos ni concordemos en sus decisiones.
¡Y tú Omnipotencia! Te ruego que la protejas, que la calmes, que muchas veces perdemos la cabeza por estas situaciones, que nos dejamos abordar por la ira, por la desesperación. Ilumina su mente y deja que su corazón siga tibio en el pecho. Que guarde allí lo mejor y el temor lo supere. Que el temor de encontrarse sola en la noche, no la torture, no la estigme. Que no olvide que aún no siendo físico, está junto a ella.
Millones los ojos que se posarán en ti mujer, porque eres importante en la nación. Millones que saben lo que pasó y tenés que cumplir tu rol adjudicado, tenés que poner tu mejor cara, aunque el corazón siga desangrando lágrimas y tu mente no vea más que aquel rostro inolvidable.
Mujer, sé fuerte tal como lo pareces.

viernes, 22 de octubre de 2010

Jabbawockeez

Tengo nuevos héroes. Nuevos no significa que mis otros modelos de vida hayan sido descartados, simplemente que encontré más vidas ejemplares.
No, no son héroes porque hayan salvado al mundo ni nada así. Tiene que ver con la pasión que ponen en lo que hacen y porque esto es generado en un conjunto de seis armónicos bailarines.
Son geniales.
Me hacen acordar a mis queridos Daft Punk por el hecho de ocultar sus rostros bajo máscaras, pero eso también hace que funcione la magia. Porque verlos ejecutar esas entretenidas e impactantes coreografías es mágico, es toda una experiencia… Ahh me causan una ternura. Parecen robotitos, soldaditos bailarines. Todos iguales, todos con gracia, todos con talento, todos mágicos, todos brillantes. Y esto funciona porque trabajan como grupo, como una sola unidad. Puede ser que sepamos quién es el más divertido, quién habla por todos al recibir los comentarios de los jurados, pero apenas comienzan a bailar, son todos iguales, son todos uno.
Son algo increíble. Les encanta hacer lo que hacen. Se nota muchísimo. De lo contrario, quizás no hubieran ganado el Concurso de el mejor grupo (norte) americano de baile (American Best Dance Crew).
Jabbas, me inspiran.
Esto, esto es lo que me encanta de las personas; que hagan con su vida lo que más, pero más les gusta. Vida… quién sabe hasta cuándo será nuestra. Hace unos días una compañera me preguntó qué iba a seguir y lógicamente le dije Artes Dramáticas. Me dijo que ella también había pensado eso pero que prefería hacer una carrera que la “sostenga” económicamente. Una de mis amigas que se encontraba presente dijo lo mismo.
Preferí no responder; estaría gastando mi tiempo explicando que en la vida no hay que depender del dinero. Sí, probablemente muchos me contradirán, pero nadie me puede sacar esta idea de la cabeza: Hacer lo que a uno realmente le apasiona te lleva al éxito.
No sé qué va a ser de mi vida en el futuro, confío en que el Destino se ocupará de aquello.
El dinero…Jajaja, sabés como me río en tu cara Sr. Dinero. Yo no soy tu esclava. Y conozco afortunadamente a mucha gente que tampoco está bajo tu yugo.
No saben lo lindo que es decir esto y poder ejemplificarlo con mi profesora Ana, Anahí mi actriz-profesora, con mis maestros hiphoperos, con los Jabba… Ah ¡Jabbas me inspiran!
Este tipo de maravillosas personas me dan aliento con sus acciones. Porque todas sus obras están manchadas de pasión, esfuerzo y ganas de ser cada vez mejor en ello.
Estas personas son las que realmente tienen el poder. ¿Quién te puede robar parte de tu alma con esas buenas decisiones? Cuando uno sigue a ese impulso simple, casi infantil y divertido…
Porque no es fácil decir: Quiero ser bailarina. Y mucho menos de Hip hop.
No es que no sea fácil, sino que ¿Cómo explicarlo? Uno tiene que ser firme, tiene que escuchar al alma. Y pocas personas se escuchan allí adentro. Porque desde afuera hay mucho ruido. Pocos pueden escuchar ese silencio monumental, esa paz que se siente, ese bienestar magnánimo que nos invade al estar haciendo lo que más, más nos encanta.
Y cuando veo Jabbawockeez, veo amor. Amor al arte, veo movimientos grandiosos, veo pasión, se ve esa esencia del alma, ese amor a lo que más les gusta: Bailar.
Ojalá algún día pueda alcanzar aunque sea ser una décima parte de lo grandioso que son.
Y no sé, no lo puedo explicar tan bien como quisiera, tendría que bailarles esto, porque, lo que me generan estos chicos con sus obras es tan conmovedor. No necesita ser algo dramático para conmover, lo que se necesita es pasión. Es amor, con eso, alcanza y sobra. Porque con ese amor a lo que más les gusta hacer, llegaron a donde llegaron. Al éxito.

Jabbawockeez



Tengo nuevos héroes. Nuevos no significa que mis otros modelos de vida hayan sido descartados, simplemente que encontré más vidas ejemplares.
No, no son héroes porque hayan salvado al mundo ni nada así. Tiene que ver con la pasión que ponen en lo que hacen y porque esto es generado en un conjunto de seis armónicos bailarines.
Son geniales.
Me hacen acordar a mis queridos Daft Punk por el hecho de ocultar sus rostros bajo máscaras, pero eso también hace que funcione la magia. Porque verlos ejecutar esas entretenidas e impactantes coreografías es mágico, es toda una experiencia… Ahh me causan una ternura. Parecen robotitos, soldaditos bailarines. Todos iguales, todos con gracia, todos con talento, todos mágicos, todos brillantes. Y esto funciona porque trabajan como grupo, como una sola unidad. Puede ser que sepamos quién es el más divertido, quién habla por todos al recibir los comentarios de los jurados, pero apenas comienzan a bailar, son todos iguales, son todos uno.
Son algo increíble. Les encanta hacer lo que hacen. Se nota muchísimo. De lo contrario, quizás no hubieran ganado el Concurso de el mejor grupo (norte) americano de baile (American Best Dance Crew).
Jabbas, me inspiran.
Esto, esto es lo que me encanta de las personas; que hagan con su vida lo que más, pero más les gusta. Vida… quién sabe hasta cuándo será nuestra. Hace unos días una compañera me preguntó qué iba a seguir y lógicamente le dije Artes Dramáticas. Me dijo que ella también había pensado eso pero que prefería hacer una carrera que la “sostenga” económicamente. Una de mis amigas que se encontraba presente dijo lo mismo.
Preferí no responder; estaría gastando mi tiempo explicando que en la vida no hay que depender del dinero. Sí, probablemente muchos me contradirán, pero nadie me puede sacar esta idea de la cabeza: Hacer lo que a uno realmente le apasiona te lleva al éxito.
No sé qué va a ser de mi vida en el futuro, confío en que el Destino se ocupará de aquello.
El dinero…Jajaja, sabés como me río en tu cara Sr. Dinero. Yo no soy tu esclava. Y conozco afortunadamente a mucha gente que tampoco está bajo tu yugo.
No saben lo lindo que es decir esto y poder ejemplificarlo con mi profesora Ana, Anahí mi actriz-profesora, con mis maestros hiphoperos, con los Jabba… Ah ¡Jabbas me inspiran!
Este tipo de maravillosas personas me dan aliento con sus acciones. Porque todas sus obras están manchadas de pasión, esfuerzo y ganas de ser cada vez mejor en ello.
Estas personas son las que realmente tienen el poder. ¿Quién te puede robar parte de tu alma con esas buenas decisiones? Cuando uno sigue a ese impulso simple, casi infantil y divertido…
Porque no es fácil decir: Quiero ser bailarina. Y mucho menos de Hip hop.
No es que no sea fácil, sino que ¿Cómo explicarlo? Uno tiene que ser firme, tiene que escuchar al alma. Y pocas personas se escuchan allí adentro. Porque desde afuera hay mucho ruido. Pocos pueden escuchar ese silencio monumental, esa paz que se siente, ese bienestar magnánimo que nos invade al estar haciendo lo que más, más nos encanta.
Y cuando veo Jabbawockeez, veo amor. Amor al arte, veo movimientos grandiosos, veo pasión, se ve esa esencia del alma, ese amor a lo que más les gusta: Bailar.
Ojalá algún día pueda alcanzar aunque sea ser una décima parte de lo grandioso que son.
Y no sé, no lo puedo explicar tan bien como quisiera, tendría que bailarles esto, porque, lo que me generan estos chicos con sus obras es tan conmovedor. No necesita ser algo dramático para conmover, lo que se necesita es pasión. Es amor, con eso, alcanza y sobra. Porque con ese amor a lo que más les gusta hacer, llegaron a donde llegaron. Al éxito.

martes, 19 de octubre de 2010

Obra de-mente

“¿Y ahora?”- me dije. Cuando Damaris me entregó aquello, no alcancé a reprimir la alegría obsesiva. Me miraban ambas, felices de hacerme tan gran favor. Además sabían que me iba a poner así. Si yo de sólo escuchar su nombre ya me sonrío. Es inevitable, estúpidamente inevitable.
Ellas creen que… no, sí yo también, bah, en realidad sólo lo imagino porque no creo poder tener el valor de hacerlo. No, no, no. Sí; yo voy a ir hasta allí, pero de la forma más disimulada, de la manera más complicada, juré no volverlo a ver.
¿Se dan cuenta? Yo me contento con cualquier cosa. Ojo, valoro mucho el esfuerzo de mis compañeras infiltradas gracias a mi búsqueda obsesiva y vana. Pero cualquiera que me hable de él, de algo que yo no sepa, aquello me sacudirá el alma y causará revoluciones en mi interior. Primero porque aunque me lo niegue muchas veces a mí misma SÍ, yo todavía estoy atraída por él, sigo pendiente alerta, y todo me recuerda a él. Cualquier idiotez, cualquier objeto, cualquier persona, todo me puede llevar a pensarlo, imaginarlo y amarlo.

Siempre lo mismo, siempre lo mismo. Mi objetivo era terminar con esto y justo cuando creía estar lográndolo, mi barrera represiva de emociones se quiebra y libera todo ese amor oprimido. SLDHBNAKJFBADDIVBDUIVBSJ. Búh.
No es justo, me siento inútil. Lo que yo haga contra mis propios sentimientos es inútil. No puedo controlarlos. ¿Por qué no podré elegir a quién amar y de qué manera? Pero no, soy un ser capacitado para amar, aunque a veces sienta que no puedo, porque contra mí, es contra mí, no puedo soportar no controlarme. No lo soporto, es una gran cruz amar a alguien que no corresponde. Es tan pesado, es como una culpa, y sí, siento culpa porque yo me auto boicoteé, pero ¿Qué podía hacer? Podías haberte dejado llevar- me respondo. Ahh…
Y ahora ¿Qué hago? “Obsesiva. Obsesiva, obsesiva” Se escucha el eco de mi conciencia y me zumba en los oídos en el remordimiento de saber que tiene razón, en la culpa de no querer creer que esa sea la verdad. ¡No! ¡No quiero! ¡No puede ser! No puede ser…
Escucho un silencio y un sollozo, ahí en mi interior, en la oscuridad de mis entrañas las dudas susurran, comentan y les da lástima aquella mujer tirada en el piso. Pobre…no se ve, se siente. La respiración agitada y todos los argumentos esperando una resolución. Nada.
Aún nada.
“Mejor dejémoslo así” opina algo. Y los pensamientos referidos a aquella situación desaparecen. Se ablandan. O los callé, a fin de cuentas yo soy dueña de lo que pienso.
Sí, de lo que pienso, no de lo que siento.
Yo me ablando: Esta bien, sin criticar. ¿en serio lo querés?
No sé. No sé. Pero me encanta. Me encantó haberlo conocido. No lo conociste ¡Basta! Sí, yo lo conocí, porque yo lo vi, lo vi en sus ojos y eso nadie más lo pudo ver, jajaja, lo que yo vi en sus ojos no lo ve nadie más- Se levanta.- Nadie, nadie más, jajaja. Es sólo mío, eso es mío y ustedes no lo van comprender, no, no, nunca lo van a entender si no abren el alma, si no creen, no lo van a ver… ¡No lo van a ver! – Y rompió en llanto.

Sí, obsesiva. En demasía, está extasiada. No podemos permitir que esto siga así, lo mejor será encerrala otra vez bajo la opresión hipócrita. Yo recomiendo repetir mentalmente “no lo amo, es una obsesión” al menos diez veces seguidas, tratemos de no asomar el instinto de amar como mujer. Concentrémonos en enraizar la apariencia amenazante y altanera, hasta ahora había funcionado. ¿Qué pasó? Ah, claro, ajá. Bueno pero el arte no se deja por nada ni por nadie. Eso está muy arraigado como para poder extirparlo del alma, cualquier intento de extirpación podría causar rigidez del cuerpo y mente, incluso la muerte del alma. Es vital incluso para nosotros que esa puerta al amor siga abierta. Eso también a nosotros nos alimenta. Puntualicemos entonces en esto, requiero mucha concentración, lo cual nos ocupará demasiado espacio mental como para dejar camino a… él.
Continuemos.
“¿Y ahora?”- me dije. Cuando Damaris me entregó aquello, no alcancé a reprimir la emoción. Aunque me durara poco, porque tampoco era para tanto. Me miraban ambas, felices de hacerme el favor. Aunque en realidad estaba más feliz porque ellas lo habían hecho, que por el hecho en sí. Además sabían que me iba a poner así, porque en el fondo me divertía, no es que realmente me era necesario, sino que quería llevar esta locura tonta hasta donde pudiera.si yo sólo de escuchar su nombre ya me sonrío. Porque era eso, un juego. No, no me pude haber enamorado ni nada, porque no tengo esa capacidad. Simplemente me atraía. Y punto.

domingo, 17 de octubre de 2010

Feliz día Má

No soy muy demostrativa, quizás no tanto como me gustaría, porque te juro má que se me ocurren tantas cosas, pero termino haciendo nada. Y no sé, me siento tan culpable cuando me preguntás por mi regalo de cumpleaños. En serio, no es que te lo diga por mala.
“No quiero nada”
No, no te pongas mal. Yo no quise hacerte mal, pero ¿Te das cuenta el remordimiento que me corroe que vos a mi pesar me sigas queriendo tanto? Soy terrible, soy terrible, pero aún así vos me querés. Ay, má, me siento tan mal. No se puede hacer nada con el amor, es invencible, la mejor arma, el real poder.
Ay, má. Sos admirable, y creo que todas son así. Pero vos sos mi mamá, y ahora hablo de vos y para vos, aunque sea poco probable que leas mi blog. Es lamentable, porque no sé si algún día podré decirte todo esto, así, sin fragmentar, sin pausas ni recortes.
Porque me cuesta tanto hablarte, decirte, contarte de mí y de cuánto te quiero.
Gracias. Nunca me va a alcanzar el tiempo para agradecerte, porque prácticamente nunca voy a dejar de recibir todo de vos.
No sé qué haría sin vos mamá. Sí, pareciera que yo puedo ocuparme de mí solita, porque aprendí muchas cosas de vos y con vos. Pero aún no sé qué hacer si el tren no anda, no puedo empezar a defenderme por mí misma. No puedo, má no puedo. Porque vos siempre estás y yo cuento con eso. Cuando no sé algo, yo sé que vos sí.
Mamá te amo, amo todo de vos. Yo puedo pensar mucho y tener una mente abierta y liberada, pero no sé amar como vos. No tengo esa capacidad inmensa que vos tenés conmigo y con todos. Yo no puedo. Eso es lo que más admiro de vos. Porque incluso vos me querés más que yo a mí misma. Yo siento no merecerte como madre, siendo vos tan fiel, tan maternal, tan buena… Ojo, yo aprendí muchas cosas buenas con vos y estoy muy orgullosa que la gente se dé cuenta de eso que vos me inculcaste, de eso que llevo que demuestra de dónde vengo. Porque puedo sentirme superior por tener grandes conocimientos de cosas que no puedo despertar dentro de vos, pero mi amor no es tan grande como el tuyo. Quizás cuando sea madre lo comprenda.
Mamá, gracias por todo. Sin vos yo no sería nada, porque no soy muy fuerte y gracias a Dios y tu voluntad, me llevaste adelante sin pedir nada a cambio, sos tan generosa mamá, que no me pedís nada, nada, ¡nada! Que aunque a veces te trate muy mal vos seguís ahí, firme. No te importa nada. No, no te importa nada y gracias a Dios que tenés ese amor magnánimo. Vos sabés mejor que yo que te amo y muchísimo. Porque cada día que me levanto y soy lo que soy es gracias a vos. No pude haber llegado a nada sin vos. Estás en todo. Te sacrificás, ¡ay má! ¡Pero tanto tanto…! Mamá, cuando me doy cuenta de todo esto, me arrepiento de haberte herido tantas veces. Por eso, má, por eso, no puedo aceptar tus regalos simplemente así, porque la culpa, madre, la culpa me pesa. ¡Perdón Mamá! Es que me siento tan grande, creo que puedo yo sola, y no puedo nada, sin vos, no puedo nada ¡Nada!
me duele tanto haberte lastimado con filosas palabras osándome a cuestionar tu postura de madre. ¡Cómo lo permitió el Destino! Ojalá el tiempo borre esas palabras de tu mente, ojalá logre hacer algo monumental reemplazar mis duras palabras, mis feas actitudes.
Mamá ojalá nunca hubieras escuchado reproches de mí, esos reproches vanos sin fundamento que salen disparados, impulsados, de mi cabeza.
Mamá te quiero mucho. No te preocupes, yo voy a estar bien. Aunque tema tu muerte, porque mamá, no sé vivir sin vos, pero sabelo; voy a intentar salir adelante por vos. Siempre lo hago. Porque por mí, me dejo morir en cualquier lado, pero vos, que amas a este extraño, trágico y lastimero ser que llamás tu hija, vos que luchás por él, por este cuerpo y esta alma y esta mente, por vos, por vos voy a luchar por mí. Porque tu amor, para que no sea en vano. Mamá, yo; obra de tu ser, tu regalo a la vida, voy a hacer que valga la pena, nunca te vas a arrepentir de haberme creado, voy a hacer de tu regalo un monumento, un modelo. Porque yo no me pertenezco, mamá, yo soy toda tuya, porque vos me formaste, ¡Mamá soy de vos! Y voy a hacer todo lo posible para que te sientas orgullosa de ser mi mamá. Seguiré hasta el final, hasta que logre escucharte decir orgullosísima: “ésa es mi hija”.
Y yo estoy orgullosísima de decirle a todos que vos sos mi mamá. Te amo. Gracias.

sábado, 16 de octubre de 2010

¡Lalala, linda libertad...!

Ahh… Sí. No, no estoy loca señores, simplemente hoy me dejé llevar por esos impulsos que generalmente reprimo ¿Por qué? No sé, vergüenza quizás. Y eso por pensar mucho.
Pensar mucho e inútilmente, porque a fin de cuentas mi paranoia es sólo eso; paranoia.
Hoy me importa un rábano lo que piensen los demás. Digo, los demás serían aquellos extraños que uno se cruza en la vida, en la calle, en el subte, etc. Hoy no me importan. Es decir, no me importa lo que puedan pensar de mí.
Hoy yo me siento bien. Tranquilamente bien. Fluida, liviana, libre…
Hoy hago y digo lo que quiero. Y robé abrazos, sonrisas, risas. ¡Locura tanta locura…! Y lo mejor es tener amigos que lo tomen a bien. No, no me juzgan, ni les parece extraño, porque en cierto modo ellos también son así. Es más, creo que me contagié de ellos todo esto tan liberador...
Temo estar queriéndolos mucho. Me hacen tan bien… Me transforman, me descubren ¡Me liberan!
No, yo no estoy loca, esta ánima existe, este vivir es posible, esta actitud yo también la puedo forjar. Esta decisión de aflojar es tan manumisor ¡Catarsis, Catarsis! El cuerpo hace lo que quiere, la mente hace lo que quiere, el alma hace lo que quiere y coinciden todos, porque son sólo uno, son sólo yo.
Y yo hago lo que quiero: Si quiero cantar canto y si me detengo lo hago y todo con placer, es como si el cuerpo se volviese más sensible a todo aquello que transcurre alrededor; me vuelvo más perceptible a cada instante pequeño de felicidad que muchas veces ignoro, pensando en el gil que ocupa media vereda caminando en primera y no me deja pasar, a mí, apurada por nada, por la simple costumbre de escapar, de intentar llegar a mi otro sitio de seguridad. Me olvido de mí, tengo que llegar. Pero no es así. No, no, no; no es así. Hoy me bajé de la carrera sin sentido y caminé por que sí.
Qué lindo es sonreír de verdad. Sonreír porque uno quiere y con todas las ganas. Y espontáneamente y sin darte cuenta. Y tener amigos propensos a contagiarse de esos momentos buenos. Qué bueno dar un abrazo y recibir otro a cambio, qué bueno verte sonreír.

martes, 12 de octubre de 2010

Gracias Gené. Gracias Ana. Gracias Teatro

I
Un júbilo inquieto y saltarín me atravesaba el cuerpo. Salí transformada en nuevas ideas, cambios, emociones y una luz. Sentí una luz hacia adelante. Allí, en mi futuro. Algo en mi interior me susurraba emocionado que por este camino iba bien.
Sentí una estrella fugaz y una certeza placentera se me tatuó en el alma: El teatro es tu amor.
¡Sí, señores sí! Ese alguien que me ama es eso; el teatro.
¡Gené, Gené, que simple, que honesto…! Tan brillante. He podido aprender, o como dice él, ahora recordé o repasé, eso que ya sabía, pero que no sabía que sabía.
Creo totalmente en lo que dice. Todos sabemos de eso de lo que queremos, está allí en dentro del alma, empolvado, olvidado en un rincón del mundo que es solamente uno. Pero ya lo sabemos. Ya lo sé.
Y escucharlo responder mi pregunta, mejor dicho, observar como mi intuición se hacía realidad, fue tan mágico... Reprimí un tanto la emoción, puesto que la consideré exagerada para alguien que no sabe que a mí me pasó lo mismo.
O me está pasando, porque yo aún estoy ahí, en ese vaivén. Estoy todavía cuando el relató que se cruzó con un maestro brillante que lo condujo al camino del arte dramático. Aún no llegué a ser brillante ni maestra de maestros. Ojo, tampoco puedo decir que yo logre ser tan genial y reconocido como lo es Juan Carlos Gené.
Pero la historia del adolescente atraído por la música, imaginando que ése sería su destino, pero que al ahondar pensativamente en eso, sientiese que había algo que no le cerraba. Ése adolescente que a través de obras y geniales maestros comienza a amar y ser atraído por el teatro. Hasta ahí, ésa historia también es mía.
II
Decírtelo fue como haberte pedido casamiento y esa felicidad que te invadió, me hizo infinitas veces más feliz. Sí Ana, yo quiero estudiar Artes dramáticas. Y lo tenía decidido desde mucho antes, pero no quería decírtelo antes por sentir que supondría que yo quisiere un trato especial, que jamás fue ni es mi causa.
Es tu culpa Ana, felizmente es tu culpa; lograste tu objetivo; me manchaste de teatro, de arte, de pasión. Y con eso no se lucha, se lo abraza y guarda en el alma, porque hace tan bien…
Ese abrazo incontenible y eterno va a ser mi fuerza y voluntad. Siento que en mi camino tengo una luz. Una señal, un consejo, un secreto, una ayuda. Ana; mi guía, mi maestra.
Me alegra muchísimo hacerte feliz. Porque si hay algo que me hace inmensamente feliz es hacer feliz a otro. Mi felicidad es mayor cuando, logro hacer feliz a otro.
Gracias Destino por chocarme con Ana, mi mentora, mi transformadora, mi llave al universo teatral.

III
Sentí el impulso de arrojarme hacia adelante cuando preguntó: “¿Quién quiere pasar?” Lo sentí cada vez que lo volvió a decir. Mi vergüenza, como con todos, pudo más y reprimí el deseo. Pero sabía que como sea iba a pasar. Tarde, no nunca. Además me resonaba la voz de Ana: “¡Aprovéchenlo, eh!” Junto con la imagen de su sonrisa orgullosa de sus hijos teatrales, sus pupilos, sus pichones, sus proyectos.
Sí, pasé. Mi auto exigencia me hizo relatar un comentario muy crítico hacia mí misma. Me sorprendió que Enrique refutara mi observación. Incluso creo que aún desconfío de aquello, porque yo estaba tan nerviosa…
¡Pero lo disfrute igual! ¿Por qué? Porque simplemente amo el teatro y aquello me ama a mí, nos correspondemos y esto será eterno. Porque ése impulso resume todo lo que es éste amor. Yo allí soy yo. Y a la vez no. Porque cuando hablo de mí, cuando me califico de algo, tengo que aclarar que haciendo teatro soy diferente, me comporto diferente. Me entrego a toda disciplina con placer, me entrego al desafío de aprender porque me encanta. Porque me transforma me renueva, me hacer sentir viva. En el teatro soy.
Hoy no me cabe duda, en algún futuro no puedo decir que no, uno nunca sabe, pero hoy en este filo que es el presente, esta frontera entre el pasado y el futuro, digo que yo a vos, Teatro, te amo.

Ups~!


No quiero ahondar demasiado en mi ausencia. Es simple; estoy castigada por un mes sin conexión a internet y sin usar el Ipod que me regalaron recientemente. ¿La causa? No sé, creo que estaba muy enojada conmigo misma porque no logré seguir teniendo 17 años y me descargué con mi hermana, mi mamá. Creo que también tiene que ver con el auto-boicot, hace unos días leí un artículo referido a esto de la complacencia por el dolor. Es decir, soy una masoquista emocional.

sábado, 2 de octubre de 2010

Vos

¿Qué me ata aún a vos? Eso es lo que yo no entiendo; sigo extrañándote. A pesar de todo yo sigo firme, ahí, pensando en vos. ¿Hace cuánto que no te veo? ¿Por qué me sigo acordando de vos?
¿Vos pensás también en mí? Jajaja, que pregunta tan… ¿cómo decirlo? Incluso yo respondería que no. Ahh… ojalá no me hayas olvidado. ¿O es mejor que sí?
Confieso que cambié principalmente para que no me reconozcas nunca más. Pero albergo el deseo de cruzarte y que te deslumbres por mí.
Y cuando me siento mal, pienso en vos y en que te dejé ir. Sin luchar. Así nomás; sin intentar, sin probar, sin tratar, sin nada. Sin nada. Me dejaste sin nada.
Sin nada de coraje. Tuve miedo, vergüenza, no sé…
¡Qué situación tan estúpida! ¿Yo acá preguntándome si vos pensás en mí? No, no, no; esto no va más así. Pero aún así, yo no dejo de pensarte. Porque en realidad me significás amor. Vos sos lo que yo quería, tal vez sí, una obsesión, pero…ahh, no sé, yo con sólo mirarte… disfrutaba tanto de verte ¡Aunque sea sólo verte! Un amor que no iba a suceder, pero estabas ahí. Ahí para mí. Estabas.
Se nota tanto tu ausencia…

Yo debería dejarte de buscar en mis recuerdos, encerrarte en la memoria, como en una foto, sólo porque es imposible olvidar. Olvidarte. Tampoco es que quiera, porque lo bueno de recordar es poder tener la imagen de tu sonrisa intacta y eterna.
Y sé que entre nosotros, nada iba a pasar…
¡No! Eso es lo peor, que a mí todavía me queda una duda. Porque a vos también te gusta esa canción. Y lo sé yo. Y vos. Y es nuestra, porque increíblemente resume lo que fue “nosotros”. Sí, algo volátil. Nadie puede decir que realmente haya pasado algo. Pero en el alma yo a veces siento que vos sabías que yo no era como las demás. Y vos sabías que yo entendí que vos también eras diferente. Que ahí, dentro de tus ojos te escondías. Y yo, sólo yo creo que lo sabía. Y vos sabés que yo sabía…
¡Y que importa ya! ¡Vos no estás y yo hablo en vano!
Necesito encontrar alguien que te saque de mí, alguien que te opaque y que sólo quedes reducido a un recuerdo. A uno sólo.
Pero no hay nadie, porque a pesar de ser mejores que vos en muchas cosas yo sigo pensando en vos. Y nadie me atrajo aún como vos, nadie me eriza la piel cuando se acerca, ninguno me paraliza todos los sentidos, ninguno me saca tantos suspiros como vos, que aún sin verte de sólo recordarte se me retuerce alma y corazón.
A pesar de tener gran intelecto, o ser mucho más simpáticos, o más divertidos, nadie, nadie tiene tu alma. Nadie tiene tu mirada, ni tu manera de caminar ni tu minimalismo al hablar. Nadie habla tanto con el cuerpo como vos. Nadie me produce tantas cosas como vos.
No me salvo de vos, no. No escapo tampoco, porque a fin de cuentas me gusta. Te hace más vivo para mí. Seguís vivo en mí. No te fuiste del todo. No, no; quizás eso es lo peor. Que a mí todavía me queda una parte de vos. Y en los peores momentos aparece, no sé si para consolarme, para burlarse, o qué. No sé, pero yo te extraño. Y cuando me siento sola te extraño aún más. Y al acostarme, en la oscuridad, estás vos. Estoy pensando en vos. Pienso que vos estás pensando en mí. Y me gusta soñar que es así.

viernes, 1 de octubre de 2010

1 de octubre

¿Lo ven? ¡¿lo ven?! Es como una transformación...Ahh Jajaja, increíble.
Mi familia se fue a sus rutinas a eso de las 6 am y me despertaron inconcientes, o quizás me picó la curiosidad de encontrarme nueva, diferente...
Porque sí, esa curiosidad inevitable está latente desde que tomo conciencia del tiempo, desde que vuelvo estar encerrada en este lugar con tiempo y gravedad, desde ese momento necesito saber qué me pasó. Porque hoy no es un día más. Desde hoy tengo 18 años.
Y si digo que miren es porque me siento bien, contenta, con ganas de reír ridículamente. Y ayer era un mar de lágrimas deseando que pare el mundo, porque yo no puedo cumplir años. No quería, no, no y no. Además tenía unas ganas terribles de volar, no les miento, muchísimas ganas pero mi humanidad no me lo permitió (ni me lo permite aún).
Ahora me puedo reír de esa situación, (aunque realmente era lamentable, imaginen mi pobre mamá que no me sabía decir algo porque lo que la nena quería era ¡no cumplir años!)
Yo mirando el firmamento gris, negro, rojo, envidiando a las estrellas, extrañando mi patria, y justamente ayer me sentí más extranjera que nunca, castigada a vivir una vida humana acá y lo peor, cumpliendo años pero sabiendo lo mismo de siempre...

¡Hoy! hoy es otro día y el ayer ha muerto mientras dormía, mientras escapaba al mundo de los sueños... Pero sabiendo que hoy es 1 de octubre, tuve curiosidad y me levanté feliz ¡Porque hoy es mi cumpleaños! ¡Feliz cumpleaños para mí! Mmm... antes recibía muchos regalos, o bueno, aunque sea algo...
Ojo, no digo que me compren algo, cualquier cosa... a mí me gusta que me regalen cosas que realmente querían regalarme, es decir, cuando regalás algo que te parece el mejor regalo del mundo, porque sabés que le va a gustar, porque significa algo para ambos, porque nunca se va a olvidar que se lo regalaste vos porque algo tuyo tiene.
¡Ése tipo de regalos me encantan~!
No me acuerdo cuál fue el último buen regalo que recibí, pero me acuerdo de uno en particular:
El año pasado una persona me regaló su amistad. ¿Cómo? Muy simple; nosotros siempre nos molestábamos mutuamente. Pero para mi cumpleaños no me molestó, me trató bien y obviamente yo también y fue lo mejor del mundo, el mejor regalo porque me hizo sentir muy feliz. Desde ahí nos llevamos bárbaro, hasta que bueno, yo cambié como debe ser y fui yo la que me aleje por así decir.
Pero igual, fue el mejor regalo de ése cumpleaños.
Y este año tengo a mi favor mis nuevas(o no tan nuevas, quizás más firmes) y buenas amistades. Y yo a ellos no sé, no me deben nada, ya con saber que siempre están es mucho.

Y mientras ayer escuchaba Queen con todo el sentimiento... ¡Me dormí con Bohemian Rapsody en la cabeza! Hoy me desperté con Don't Stop Me Now y soy feliz~! (No no puse el tema de Montaner, digo que me sentía felíz)
Y no sé, me siento bien. Y sé que va a ser así hasta que termine el mes. Porque para mí todo el mes es mi cumpleaños, y me siento renovada, nueva, como debe ser, es como un renacimiento ¿o no?
Dejé mis 17 años en el pasado. Hoy tengo 18 y se siente bien.