domingo, 30 de marzo de 2014

Adiós Buenos Aires


Finalmente querida ciudad, ha llegado la hora de despedirnos. No sé qué decirte, sé que en algún momento nos vamos a volver a ver, pero antes pasará mucho, mucho tiempo...¿Te extrañaré?

Estos últimos días pensé mucho en vos, en tu furia, producto de esa pasión incontrolable por todo, la comida, el deporte, la lucha, el arte, el amor... Y ese "cancherismo" con el que nos suelen describir, lo veo en la elegancia particular de nuestras mujeres, en la feminidad de nuestros muchachos contrastando al mismo tiempo con las chetitas artificiales y los gordos machotes comechoripanes (?)




Ese revuelto gramajo de gente que somos a veces tan distintos y sin embargo con costumbres y actitudes similares y hablando esta misma jerga, cada uno a su modo... Me encanta, me encanta lo que aprendí con vos Buenos Aires.
Sobretodo porque me acogiste desde chica, y me transformaste en esto que soy ahora, que en un tiempo la gente ni me creía que yo era de otro lugar. Pensar que ahora tengo que decir que soy de ambos lugares y al fin y al cabo de ningún lugar...
Y eso me pasa, que yo a pesar de todo nunca me siento del todo argentina, (y eso que ya me dieron la ciudadanía...), claro que tampoco creo que sea peruana, porque al mismo tiempo¡Yo soy tan argentina como la milanesa! (creo que eso sí lo voy a extrañar...¡MILANESAS!). Mi cuestión con la identidad siempre me pica, me da la sensación de que no sé aún de dónde vengo. Por eso cuando veo todo la lucha que hacés día a día para recuperar las identidades que nos robaron hace 38 años yo me emociono. Amo la fuerza que tenemos para seguir adelante  con la bronca y el dolor y la esperanza...



Buenos Aires es caótica en su centro, corbatas por aquí, tacones por allá, gorritas, bicis, volantes todo se entrevera entre los semáforos, los autos, los edificios...

No sé qué decirte Buenos Aires, vos ya sos una parte de mí, o yo soy una parte de vos, como sea,
 ¡Gracias y hasta pronto~!

sábado, 22 de marzo de 2014

Recalculando (fragmento 2)


Somos 5. Cinco personas que decidieron viajar juntas. Y eso implica que muchas decisiones dejan de ser personales y pasan a ser grupales. En eso nos encontramos en este momento. Mientras yo y Mariana tenemos nuestros rollos personales para y con nuestra ciudad - la furiosa Buenos Aires- y todas las historias que creamos ahí, a la vez estamos aprendiendo a convivir con estos tres chicos que conocimos en el viaje.
Cada uno de nosotros tiene una decisión que, más allá de lo distintas que sean, habrá que consensuar y accionar en base a la mayoría  (¿Así funciona la democracia, no?).
Estoy próxima a salir, pero comienzo a dudar si mis compañeros están listos... ¿Qué pasaría sino? Mi "modo viaje" comienza a pedir a gritos su activación y yo pienso que no tendría que haberlo "desactivado", a fin de cuentas, ¿No puedo existir en Baires como si fuera una viajera más?

"Todos los días de viaje ¡Son sábado!" Dice una de las canciones que creamos durante las caminatas balcánicas que hacíamos en el viaje. Y es cierto, tendría que seguir siendo así, una fiesta balcánica.
Buenos Aires es mi casa, es inevitable cambiar al "modo casa". Pero quizás ése sea el desafío; seguir con la misma energía de hormiguita viajera en  mi ciudad-hogar.

Es hora de preparar la mochila y repactar nuestros códigos de grupalidad. El "cómo" de todo es la cuestión, por lo que veo. Seguiremos informando.

miércoles, 19 de marzo de 2014

Recalculando (fragmento 1)



Estar en Buenos Aires, aunque sea de paso, es volver a casa. Y es inevitable sentir lo confortable de estar en un lugar que uno ya conoce y sabe cómo manejar. Y porque conozco Buenos Aires sé también que debo partir.
Tardo en darme cuenta de lo que significan muchas cosas... Para mí, aunque es un gran paso, no me parece que esté dejando algo, sino estoy siguiendo algo que ya había empezado en mi cabeza años atrás. Siempre los cambios en mí fueron paulatinos, y hoy con la cabeza y el corazón afuera, era hora de llevar a este ser humano que soy también por esos lados. Así que, decidida, volví con la idea de partir.
La fecha de partida está próxima y comienzo a despedirme de Buenos Aires poco a poco. Ayer hice una vuelta por la ciudad, casi sin querer queriendo y me quedé mirando el obelisco, ése que fotografían todos cuando llegan a esta ciudad... qué cosa tan insulsa- pienso- pero claro, lo lindo de eso es ver Av. Corrientes con todas sus lucecitas de pizzerías y teatros comerciales (otros no tanto...), la música de las disquerías y las tiendas de libros usados... Qué sé yo a mí me gusta...
Y fue en ese momento en que poco a poco fui cayendo en la cuenta de que va pasar mucho tiempo hasta que vuelva a pisar estas veredas cuadriculadas y angostas con papelitos, panfletos, marchas, protestas, política cafés, bondis, motochorros, oficinistas, tacos, zapatitos rotos, chicles, colillas...
Pero lejos de sentir tristeza por la partida - porque en realidad estoy muy ansiosa- sentí la nostalgia que voy a sentir cuando ya esté lejos  -en espacio y tiempo- de aquí...
Y pienso en el próximo destino... ¿Cual será?

Ya con la mira en la ruta, voy alistando las zapas, que en unos días, salgo a "patiparrear" por ahí :)