miércoles, 19 de marzo de 2014

Recalculando (fragmento 1)



Estar en Buenos Aires, aunque sea de paso, es volver a casa. Y es inevitable sentir lo confortable de estar en un lugar que uno ya conoce y sabe cómo manejar. Y porque conozco Buenos Aires sé también que debo partir.
Tardo en darme cuenta de lo que significan muchas cosas... Para mí, aunque es un gran paso, no me parece que esté dejando algo, sino estoy siguiendo algo que ya había empezado en mi cabeza años atrás. Siempre los cambios en mí fueron paulatinos, y hoy con la cabeza y el corazón afuera, era hora de llevar a este ser humano que soy también por esos lados. Así que, decidida, volví con la idea de partir.
La fecha de partida está próxima y comienzo a despedirme de Buenos Aires poco a poco. Ayer hice una vuelta por la ciudad, casi sin querer queriendo y me quedé mirando el obelisco, ése que fotografían todos cuando llegan a esta ciudad... qué cosa tan insulsa- pienso- pero claro, lo lindo de eso es ver Av. Corrientes con todas sus lucecitas de pizzerías y teatros comerciales (otros no tanto...), la música de las disquerías y las tiendas de libros usados... Qué sé yo a mí me gusta...
Y fue en ese momento en que poco a poco fui cayendo en la cuenta de que va pasar mucho tiempo hasta que vuelva a pisar estas veredas cuadriculadas y angostas con papelitos, panfletos, marchas, protestas, política cafés, bondis, motochorros, oficinistas, tacos, zapatitos rotos, chicles, colillas...
Pero lejos de sentir tristeza por la partida - porque en realidad estoy muy ansiosa- sentí la nostalgia que voy a sentir cuando ya esté lejos  -en espacio y tiempo- de aquí...
Y pienso en el próximo destino... ¿Cual será?

Ya con la mira en la ruta, voy alistando las zapas, que en unos días, salgo a "patiparrear" por ahí :)

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