sábado, 22 de enero de 2011

2011: texto 1

Hola 2011. Te empiezo con un viaje increíble con muchas cosas por aprender. Te empiezo sabiendo que mi futuro es mucho menos predecible de lo que esperaba. Estoy aquí, parada al principio, pensando en el vértigo de no saber qué pasará cuando llegue al final. Te vivo como si fueras mi último año, porque en el fondo me siento tan terminal, como si el diagnostico fuese de un año. Y pienso en tantas cosas que he logrado. Pienso por ejemplo en que descubrí un espacio para nutrirme de arte. Recuento mis logros y me siento bien. Trato de ser optimista, pero siento que me estás quitando todo. Que cuando al fin puedo comprender, debo comenzar de cero. Otra vez.

Y a veces pienso por ejemplo, cuando salgo con mis primos a caminar, a conocernos, a reconocer mi lugar de origen, aquel que me vio nacer y crecer, aunque sea por unos instantes… En esos momentos pienso que no me importaría dejarlo todo. Porque soy parte de eso, en mis venas tengo aquella herencia y nada podría quitármelo. Ni 15 años en otro país.

Bueno Aires siempre será mi ciudad, el micro-centro siempre será mi casa. Y sobre todo la gente. La soberbia desde siempre me ha permitido sentirme mejor persona que mis compatriotas. A veces creo que es el despecho de haber sido sacada de mi cuna, de ese pequeño lugar en el cual habría vivido sino hubiese sido otro mi destino. Y aún así, aceptando que no era mi destino, me duele. No sé, por un lado, han mutilado una posible vida con mi gran familia. Por otra parte, lo agradezco, porque me gusta mi cultura, me gusta mi forma de hablar y de vestir y de ser. Me gusta ser argentina. Es algo que nunca me van a sacar. Por más que mi mamá insista, yo seguiré amando aquel país que me acogió y brindo lo que necesitaba. Tengo el mismo amor por Argentina que mi madre por nuestro país natal.

Bueno pero ¿Y qué? Si esa no es opción. Quiero saber que va a pasar. No quiero enterarme cuando ya esté sucediendo. La inexistencia de una idea firme me desespera. Qué puedo hacer y que no. ¿Hay un límite? ¿Y si no llego a cumplir todo lo que quisiese hacer?

Siempre quise viajar. Todos han ido allá. Mamá es la única hermana que ha quedado en América. Y desde que se fue parte de la familia que también ha vivido aquí, todo cambió. Y si me sentía sola, comencé a sentirme solísima. Todo se volvió extraño. Ya no éramos tres. Mamá ¿rehízo? su vida y la mía se tornaba más complicada. Si nosotras también partíamos quizás volvería todo a la normalidad, pensé. Y no es que estaba equivocada, simplemente me resigné a que viviríamos aquí, me acostumbré a la soledad. Comencé a descubrirme como ciudadana, como habitante de un lugar. Comencé a depender menos de mi mamá, y la ciudad se hacía más pequeña, más simple, más acogedora. Entendí sus misterios, sus reglas, sus secretos, sus trucos. Fue difícil. Porque la soledad por momentos era una carga pesada, realmente muchas veces no me gusta, que se yo, a los trece, a los quince… imaginaba mi vida de otra manera.

Y cuando siento que he logrado entender del todo, que he descubierto que aunque sea solitaria no estoy sola, luego de estar plena, y orgullosa de haberlo logrado, quieren quitarme todo y volver a empezar. Cuando logro encontrar compañía, amigos, inspiración, alegría, locura, arte…cuando termino de construir mi base, cuando estoy a vistas de proyectos, futuros, planes, fantasías…Dentro de un año quién sabe. Yo quiero saber.

Es decir, no. No quiero volver a empezar. Sí, siempre he soñado con ir, pero…no puedo abandonar todo esto como si nada. Entiendo que sea seguro, que sea un lindo lugar, que tendré mi cuarto y mi casa y un auto y un habrá un parque de película, y nieve y mi familia…

No puedo empezar una vida en otro lugar, no puedo mutilarme, tirar años de recuerdos, de esfuerzo de conocer, de aprender, de amar…

No es justo que cuando me estoy acostumbrando a esto, cuando por fin sé quién soy, y hacia dónde voy tenga que arrojarme a una “vida mejor”, abandonando todo lo que sembré. Mis planes, mis influencias, mis amores, mi cultura… Será terrible.

2011 ¿Qué puedo esperar? De la nada, mis expectativas pasan a ser fantasías con un cartel de “tal vez” en la portada. Qué frustrante, todo es tan relativo…

No hay comentarios:

Publicar un comentario