sábado, 2 de octubre de 2010

Vos

¿Qué me ata aún a vos? Eso es lo que yo no entiendo; sigo extrañándote. A pesar de todo yo sigo firme, ahí, pensando en vos. ¿Hace cuánto que no te veo? ¿Por qué me sigo acordando de vos?
¿Vos pensás también en mí? Jajaja, que pregunta tan… ¿cómo decirlo? Incluso yo respondería que no. Ahh… ojalá no me hayas olvidado. ¿O es mejor que sí?
Confieso que cambié principalmente para que no me reconozcas nunca más. Pero albergo el deseo de cruzarte y que te deslumbres por mí.
Y cuando me siento mal, pienso en vos y en que te dejé ir. Sin luchar. Así nomás; sin intentar, sin probar, sin tratar, sin nada. Sin nada. Me dejaste sin nada.
Sin nada de coraje. Tuve miedo, vergüenza, no sé…
¡Qué situación tan estúpida! ¿Yo acá preguntándome si vos pensás en mí? No, no, no; esto no va más así. Pero aún así, yo no dejo de pensarte. Porque en realidad me significás amor. Vos sos lo que yo quería, tal vez sí, una obsesión, pero…ahh, no sé, yo con sólo mirarte… disfrutaba tanto de verte ¡Aunque sea sólo verte! Un amor que no iba a suceder, pero estabas ahí. Ahí para mí. Estabas.
Se nota tanto tu ausencia…

Yo debería dejarte de buscar en mis recuerdos, encerrarte en la memoria, como en una foto, sólo porque es imposible olvidar. Olvidarte. Tampoco es que quiera, porque lo bueno de recordar es poder tener la imagen de tu sonrisa intacta y eterna.
Y sé que entre nosotros, nada iba a pasar…
¡No! Eso es lo peor, que a mí todavía me queda una duda. Porque a vos también te gusta esa canción. Y lo sé yo. Y vos. Y es nuestra, porque increíblemente resume lo que fue “nosotros”. Sí, algo volátil. Nadie puede decir que realmente haya pasado algo. Pero en el alma yo a veces siento que vos sabías que yo no era como las demás. Y vos sabías que yo entendí que vos también eras diferente. Que ahí, dentro de tus ojos te escondías. Y yo, sólo yo creo que lo sabía. Y vos sabés que yo sabía…
¡Y que importa ya! ¡Vos no estás y yo hablo en vano!
Necesito encontrar alguien que te saque de mí, alguien que te opaque y que sólo quedes reducido a un recuerdo. A uno sólo.
Pero no hay nadie, porque a pesar de ser mejores que vos en muchas cosas yo sigo pensando en vos. Y nadie me atrajo aún como vos, nadie me eriza la piel cuando se acerca, ninguno me paraliza todos los sentidos, ninguno me saca tantos suspiros como vos, que aún sin verte de sólo recordarte se me retuerce alma y corazón.
A pesar de tener gran intelecto, o ser mucho más simpáticos, o más divertidos, nadie, nadie tiene tu alma. Nadie tiene tu mirada, ni tu manera de caminar ni tu minimalismo al hablar. Nadie habla tanto con el cuerpo como vos. Nadie me produce tantas cosas como vos.
No me salvo de vos, no. No escapo tampoco, porque a fin de cuentas me gusta. Te hace más vivo para mí. Seguís vivo en mí. No te fuiste del todo. No, no; quizás eso es lo peor. Que a mí todavía me queda una parte de vos. Y en los peores momentos aparece, no sé si para consolarme, para burlarse, o qué. No sé, pero yo te extraño. Y cuando me siento sola te extraño aún más. Y al acostarme, en la oscuridad, estás vos. Estoy pensando en vos. Pienso que vos estás pensando en mí. Y me gusta soñar que es así.

No hay comentarios:

Publicar un comentario