martes, 16 de noviembre de 2010

Hogar de niños

¡Chiquitín, gracias~~! Tengo un intento de trenza con dos retazos de tela que hizo con mucha dedicación. Y eso es lo que cuenta; la intención. Significa mucho para mí que me haya regalado algo. Siento que de alguna manera me gané su confianza. Estamos construyendo una amistad.
Mis pequeños amigos, me inspiran...
Son proyectos de personas, me gusta la compañía de ellos, aprendo mucho y recupero de cierta manera, esa picardía… esa sencillez de la infancia donde se nota mucho que tienen que aprender. No deberíamos olvidar esas pequeñas manías de niños. Como el hecho de descargar las emociones. Sí, yo sé que para nosotros muchas veces nos parece molesto escucharlos llorar. Es increíble cómo se desatan, lloran con todo, gritan si hace falta...
Al minuto siguiente están riéndose; los niños olvidan los problemas que no tienen importancia. Muchas veces nosotros no. Nos reprimimos y luego aparecieron venganzas, rencores, odios eternos...
Los niños, benditas criaturas, no se guardan nada, esas sonrisas tan frescas, tiernas, verdaderas… no existe la hipocresía aún. Y ojalá no la desarrollaran… Pero eso depende de nosotros, de alimentar sus mentes y sus almas con cosas sanas, saludables.

Yo crecí en ese lugar y me reconforta ver, redescubrir que nos cuidaban muy bien. Es genial estar hoy del otro lado cuidando y acompañando a niños que ahora reemplazan mi antiguo lugar.
La imaginación es otra cosa destacable; ¡es enorme! Tienen ese increíble poder de contar historias, están descubriendo el mundo y… jajaja, es muy gracioso porque hay muchas cosas que las ven de otra manera, de mil maneras...
Son increíbles. Chiquitines… me inspiran.
¡Hasta el martes, mis pequeños~!

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