domingo, 28 de noviembre de 2010

Show must go on

Debe ser muy doloroso extrañar a alguien que nunca volverá a esta vida. Que un día está, y al siguiente ya no existe.
Debe ser duro aceptar que hay uno menos. Que la formalidad es así; siete tenían que ser. Pero es duro. Entonces tuvieron el delicado gesto de no reemplazar su lugar.

Brillantes. Fueron, son e indudablemente serán increíbles. Nunca dejan de sorprender. Cuando parece que ya todo está hecho, nos dejan sin aliento con sus performances. Dejan todo en el escenario.

Y no olvidan. Gary siempre está presente. A pesar de haberse ido hace 4 años de este planeta, está siempre allí, donde sea que vaya el equipo. Y ellos lo saben. Son ellos los que permiten la conexión. Ellos, lo miran, le sonríen, lo recuerdan.
Siempre. Siempre hay un índice apuntando a Gary. Siempre le agradecen. No hay presentación donde no haya una dedicatoria a Gary. Y es tan emocionante…

Me pongo a pensar…Gary murió unos meses antes de que el grupo ingresara al concurso. Mitigar el dolor…
Recuerdo que alguien me dijo que el arte se nutre de todo.
Y es verdad, el arte no es sólo expresar amor y cosas “lindas”. La muerte, la tristeza, la traición, la locura… El arte se nutre de todo.

Y ellos bailan con el alma. Y si lo extrañan tanto, lo demuestran. En cada etapa, cada puntuación, cada ascenso, cada performance... siempre hay índices dedicando las victorias, compartiéndolas con aquél que observa orgulloso desde otra dimensión. Aquel que siempre está. Gary siempre está presente.

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